Recorría sereno y tranquilo un bonito rincón de nuestra sierra del valle, era una ruta para probar mi recién estrenado gps que los reyes me traian adelantadamente y de paso preparaba las piernas para las rutas que se me avecinan la semana que viene de vacaciones en Benasque. Estos últimos años siempre eran así y me preguntaba porque siempre elegía esta opción para pasar los últimos dias del año, una causa podría ser que salgo huyendo de este mal llamado «espiritud navideño» que mas bien y tal como está montado no es mas que «materialismo navideño» donde un desmesurado derroche parece premisa para pasarlo bien incluso en un año donde se sabe que la crisis está empezando a provocar auténticos dramas familiares. En un mundo caótico como este, donde unos derrochan y otros no llegan para comer siquiera, me preguntaba ¿cual es la actitud mas correcta que debo tomar entonces para pasar estas fechas?. De pronto, al torcer la curva, ¡allí estaba!…. En el hueco de una roca perfecta, a modo de portal, lejos de cualquier mirada que lo custodiara. Un precioso belén anónimo me daba la bienvenida y un librito adyacente me invitaba a escribir una nota y a leer las que allí había puestas. Por lo leído, este belén lleva cuatro años reponiendose cada año y la gente sin duda lo respeta, todo parecia estar en su sitio. En el cuadernito escribían notas agradecidos por la iniciativa, todo eran mensajes de cariño y algunos de amor por la naturaleza, la montaña y algunos hasta de indolé transcendente inspirados por la sorpresa de aquello. «De pronto», noté que un sentimiento de esperanza y agradecimiento emergeía también de lo mas hondo de mi ser, de agradecimiento al anónimo montañero que tomó la molestia de comprar las figuras y colocarlas allí confiando en que ningún desalmado las tocaría, y esperanza porque aún exista gente así en este mundo que encuentran tan bonitas maneras de agradecer a la montaña y a la naturaleza por sus servicios, y que a la vez reparten luz y paz a las almas de este mundo que por allí se cruzan. Por ello, este año, en homenaje a este anónimo por su desinteresada obra he querído usar estas imagenes para tratar de compartir estos sentimientos con vosotros y aprovechar para desearos a todos los socios y amigos del club unas muy Felices Navidades Montañeras llenas de paz, alegría, esperanza y Amor.
Paco García
EN EL SILENCIO DE LA MONTAÑA, EL SONIDO LEJANO DE LA HUMANIDAD SE CONVIERTE EN ESA PAZ QUE ALBERGAN LAS MONTAÑAS Y QUE NOS CONECTA CON NUESTRA QUIETUD.
adasclub
encarnadv
Asociación de Alpinistas del Sureste 
Muy bonito y una grata sorpresa. Felices fiestas a Tod@s.